Nuestros principios y valores

La ciencia psicológica se encarga del estudio del comportamiento, y entiende éste como una interacción entre un organismo y su contexto, estableciendo relaciones funcionales entre eventos. La terapia psicológica, como tecnología conductual, aplica los conocimientos científicos a los diferentes contextos de intervención. El conductismo es la filosofía de la psicología que nos permite el marco riguroso de análisis y comprobación.
El animal humano deviene persona solamente a través de la sociabilización dentro de una comunidad verbal. Todo problema psicológico es, de base, un problema social-relacional, no individual; no es algo que nazca en la persona, ni en un órgano específico, sino que existe en su relación con el contexto, y no puede escindirse del momento cultural-histórico-político en que se da.


Atender a la diversidad de identidades y expresiones de género es un deber social y en Radical Psicología nos comprometemos a desarrollar nuestro ejercicio profesional siempre respetando este principio ético fundamental. Además, introducir la variable de género en nuestros análisis es necesario para el correcto entendimiento de los problemas psico-sociales y para el óptimo resultado de las intervenciones que llevemos a cabo.
Radical Psicología es un espacio de todes, comprometido con la igualdad y la inclusión. Como miembros del colectivo, queremos asegurarnos de que ninguna persona se sienta excluida. Aparte, las diferentes problemáticas derivadas del trato diferencial característico de un contexto LGBTéfobo deben ser abordadas con la rigurosidad y sensibilidad apropiadas.

NuestrA METODOLOGÍA DE TRABAJO*

EVALUACIÓN CONDUCTUAL. Toda persona es única; y también lo es su contexto, en cuanto que este existe sólo para ella; por lo que la evaluación de un problema debe hacerse de manera totalmente individualizada. Esta se lleva a cabo principalmente durante las primeras sesiones, disponiéndose de un amplio abanico de herramientas metodológicas siempre adaptadas a las necesidades del caso, y será nuestra guía de trabajo, si bien la evaluación es un proceso continuo.
HIPÓTESIS FUNCIONAL. Una vez hecha la evaluación, análisis funcional mediante, se establece una hipótesis explicativa del problema y, con base en ella, se seleccionan las técnicas y estrategias de modificación de conducta que se consideran más pertinentes. En todo caso, los objetivos de la intervención serán consensuados contigo, requiriendo de tu participación activa en la toma de decisiones para el establecimiento de los mismos.


PLAN DE INTERVENCIÓN. Las técnicas y estrategias a implementar dependen no del nombre que se le haya puesto al problema a tratar (etiqueta diagnóstica), sino de toda una serie de factores únicos para cada caso, de cómo la persona, con una historia vital propia y única, se relaciona con los contextos-problema. No hay libros de recetas. En esta fase de la intervención, por tanto, es donde ponemos a prueba la hipótesis funcional y evaluamos los resultados.
*Cabe decir que esta explicación es meramente didáctica y que las diferentes fases de la metodología de trabajo no son compartimentos estancos, sino procesos dinámicos, entretejidos e interconectados.
