
El autismo está lejos de ser un fenómeno homogéneo. Si se utiliza el término «espectro» es para evidenciar la enorme variabilidad de posibilidades fenotípico-comportamentales que presentan las personas autistas. Además, debido a la complejidad poligénica y pleiotrópica que entraña, no es infrecuente que aparezca junto con otras condiciones o problemáticas comórbidas. Por otro lado, no es un trastorno, ni tampoco es una discapacidad; en todo caso, algunas personas autistas pueden, por razones diversas, encontrarse en situación de discapacidad.
A lo largo de la historia, siempre ha existido controversia sobre el abordaje del autismo, el (T)DAH y otras neurodivergencias desde la disciplina de la psicología y el modelo de salud mental, y se ha generado mucho ruido y esparcido mucha desinformación.
El equipo de Radical Psicología está específicamente formado en atención temprana, autismo, (T)DAH y neurodesarrollo, y está comprometido con la práctica ética y contra toda forma de capacitismo. Por ello, se quiere dejar claro que ningún caso se planteará intervenir directamente sobre las características o rasgos salientemente neurodivergentes o que disidan de la normatividad, entendiendo que esa es precisamente una de las formas en que se genera y perpetúa la opresión capacitista. Será siempre la persona consultante la que defina y clarifique cuáles son sus necesidades concretas, y se consensuará entre la persona consultante y le profesional qué cambios podrían resultar beneficiosos para satisfacer las demandas específicas; además, se asegura que las estrategias de intervención, sus porqués y sus potenciales resultados, todo ello será siempre explicado y no se llevará a la práctica sin la plena aceptación de la persona consultante, que será en todo momento la protagonista, anteponiéndose siempre su bienestar y su voluntad.
